Ciego camina

Horario y Lugar
Martes a Viernes 11:00-19:00 / Sábado 11:00 - 14:00 Lunes y Domingo Cerrado
Artistas
Christian Lagata
20. Apr 08. Jun. 2024 11 - 19

Ciego camina: Christian Lagata

Christian Lagata creció en Jerez y en un pueblo costero llamado Rota, al que lo flanquea una valla tras la cual se despliega la base naval que Franco cedió a los norteamericanos. Por un lado, transcurría la vida del pueblo andaluz y, tras la valla, había otro pueblo que se parecía a los de las películas de Hollywood. A un lado la tradición y, del otro, el sueño americano. Lagata creció junto a un territorio al que no podía acceder pero que podía imaginar. Mirar a través de una valla o un muro es un arquetipo anclado en su biografía. Y en estas obras.

Intruso y Ojo de noche, presentadas por primera vez, son obras que interactúan con el cuerpo y nos llevan a reproducir aquel gesto voyerista, nos obligan a buscar qué hay del otro lado. Como si pudiéramos ver a través de las ventanas de un edificio, para descubrir que en el interior de ese cubo de cemento hay amores, hastíos, polvos y pantallas. Para el artista y anarquitecto Gordon Matta Clark ―un claro referente de la obra de Lagata― la utopía es un mundo lleno de ventanas: haces un agujero en el edificio y la gente puede mirar adentro y ver cómo viven otras personas. Sin embargo, si Matta Clark proponía esa solución como una manera de revertir la atomización que advertía en el capitalismo, Lagata se enfoca en resaltar la extraña cohabitación entre la frialdad de los materiales industriales y el calor de las vidas que cobijan.

Lagata inició su camino a través de la fotografía, sin embargo, extrañaba sentir los materiales. Entonces se sumergió en los espacios en desuso que hay en Andalucía, donde la naturaleza se entremete en la ciudad, y ahí encontró palos y metales para ensamblar esculturas En estos espacios, descartados por un sistema centrado en la utilidad, Lagata descubrió una serena convivencia entre la vegetación salvaje y los desechos industriales, la materia prima de sus obras.

los cardos de Sol de fuegoI, IIyIII provienen de esos sitios abandonados. Eran como un muro que a Lagata le impedía avanzar, una cerca natural que despertaba su anhelo de ir más allá. Un símbolo del territorio de su infancia, como si Lagata fuera capaz de abrir un vórtex en su memoria para extraer objetos que exhibe frente a nosotros. Aquí los cardos metalizados se transforman en una pareja o una familia acostada en una cama, en fósiles dela fugacidad de la vida, en el recuerdo de un abrazo congelado en el tiempo. Descansando en una ingrávida cama de metal, los cardos condensan los opuestos presentes en la obra de Lagata. Una fría calidez, una cortante ternura.

Como los cardos, el título de esta exposición también proviene del territorio de su infancia. Pertenece al poema Ciego camina el cuerpo idolatrado, de José Manuel Caballero Bonald, un jerezano, como Lagata, que extrae los materiales para sus obras a partir de la experiencia, de los hallazgos de la vida cotidiana. Y a quien también lo cautivan las ventanas, los ojos de cerraduras, los orificios y las rendijas por donde entra la noche.

La obra homónima Ciego camina es prácticamente un manifiesto. En los fríos tubos de acero inoxidable, la materia prima de muchas de sus obras, hay una vela que ilumina lo que está oculto, como si los espacios inaccesibles que nos rodean fueran la representación de aquella parte escondida en nuestra psiquis, el inconsciente físico de nuestras ciudades queaquí se hace visible. La obra tiene un subtítulo que podría ser también el de esta exposición: .San Isidro/Jerez: el viaje de Lagata desde el taller en el que trabaja hoy hasta la tierra de su infancia.

En Metal del verano,en cambio, vemos el rayograma de la entrada de uno de los tubos. Es el intersticio que nos permite ver más allá, pero que en el papel fotográfico se oscurece hasta negarnos la visión de lo que hay al otro extremo del tubo. Es el negativo de la experiencia, la abertura que oculta.

La memoria es minimalista ―un museo de espejos rotos, diría Borges― imágenes aisladas, carentes de sintaxis que, aun así, condensan una historia. Las obras de esta exposición tienen, como los recuerdos, la capacidad de transmitir mucho con muy poco. Son fragmentos de la memoria de Lagata que despiertan asociaciones colectivas. Parafraseando al escritor inglés J.G. Ballard —otro de sus referentes— si todos los miembros de la especie humana desaparecieran, nuestros sucesores podrían reconstruir la historia de Lagata (y la nuestra) a partir de sus obras.

Alan Meller